Durante la Asamblea General de Las Naciones Unidas, Donantes Acuerdan Destinar la Cantidad de 138.1 Millones de Dólares de Los EE.UU. Al Fondo “La Educación No Puede Esperar”, Para Que Ninguna Infancia se Quede Atrás
Gracias a las nuevas contribuciones de Alemania, los Estados Unidos de América, la Unión Europea/Comisión Europea, la Fundación LEGO, Francia, Suiza y Porticus, el fondo “La Educación No Puede Esperar” y sus asociados están formando un movimiento para llegar a millones de niñas, niños y jóvenes de todo el mundo que han sido afectados por una crisis y poder brindarles la seguridad, la esperanza y la oportunidad de una educación de calidad.
De forma paralela a la Asamblea General de las Naciones Unidas, un grupo de donantes de los sectores público y privado han anunciado una nueva contribución de 138.1 millones de dólares de los EE.UU. para el fondo “La educación no puede esperar” (ECW por sus siglas en inglés).
El desglose de las nuevas contribuciones es el siguiente: Alemania (50 millones de euros; aproximadamente 58.6 millones de dólares de los EE.UU.); Estados Unidos de América (37 millones de dólares de los EE.UU.); la Unión Europea/Comisión Europea (25 millones de euros; aproximadamente 29.3 millones de dólares de los EE.UU.); la Fundación LEGO y los propietarios de KIRKBI del Grupo LEGO (35 millones de coronas danesas; aproximadamente 5.6 millones de dólares de los EE.UU.); Francia (4 millones de euros; aproximadamente 4.7 millones de dólares de los EE.UU.); Suiza (2 millones de francos suizos; aproximadamente 2.2 millones de dólares de los EE.UU.); y Porticus (500,000 euros; aproximadamente 588,000 dólares de los EE.UU.).
Esta nueva ronda de contribuciones acelerará el impacto de las inversiones de ECW en educación durante emergencias, que ya han ayudado a más de 4.6 millones de niñas, niños y adolescentes en situaciones de crisis. Asimismo, la respuesta de ECW a la pandemia de COVID-19 ha llegado con una velocidad récord a 32 países y ha ayudado a 29.2 millones de niñas y niños más en situación de vulnerabilidad. Desde sus inicios en 2016, ECW ha movilizado un total de 828.3 millones de dólares de los EE.UU., a través del Fondo Fiduciario de ECW y con sus socios ha ayudado a impulsar programas con valor de 1 billón de dólares de los EE.UU. alineados con los programas de resiliencia plurianuales de ECW en 10 países.
“Todas y todos vemos las dramáticas crisis en todo el mundo. Las niñas, niños y jóvenes son quienes más sufren el hambre, la violencia y la falta de educación. Toda infancia tiene derecho a la educación. Por lo tanto, me enorgullece anunciar que Alemania destinará 50 millones de euros al fondo “La Educación No Puede Esperar”, dijo Gerd Müller, Ministro Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania.
“El momento de actuar es ahora, ya que sabemos que, en tiempos de crisis, la educación ofrece estabilidad, protección y posibilidades para el futuro. De aquí a 2022, pondremos a disposición de los programas de resiliencia plurianuales del fondo ‘La Educación No Puede Esperar’ un total de 50 millones de euros, ya que la educación es un elemento clave para conseguir todas las dimensiones del desarrollo sostenible”, reveló la Doctora Maria Flachsbarth, Secretaria de Estado Parlamentaria del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania.
“Los Estados Unidos de América se sienten muy honrados de haber apoyar al fondo ‘La Educación No Puede Esperar’ desde su inicio en 2016. Y hoy nos llena de orgullo poder incrementar este apoyo. ‘La Educación No Puede Esperar’ es un salvavidas para la educación en docenas de países del mundo en situación de crisis. Nuestro deseo es mantener una cooperación continua para mejorar el acceso a la educación, obtener mejores resultados de aprendizaje y llegar a las y los estudiantes más marginados, especialmente a las niñas, las personas refugiadas, las comunidades desplazadas internamente, las minorías por cuestiones relativas al género y la sexualidad, y las infancias con discapacidad. Sabemos que cuando el acceso a la educación es equitativo, los resultados son irrebatibles: mayor crecimiento económico, mejores resultados en materia de salud, democracias más fuertes, sociedades más pacíficas y resilientes, más sanas y capaces”, declaró la Administradora de USAID Samantha Power.
“Queremos que todas las niñas y niños nazcan con las mismas oportunidades. Con demasiada frecuencia, el destino y la vida de nuestras hijas e hijos están determinados por la lotería del nacimiento. Por eso me complace anunciar que Europa donará 25 millones de euros al fondo global “La Educación No Puede Esperar”. Una inversión en educación es una inversión en un mundo mejor”, dijo la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Debemos unirnos para volver a encarrilar los ODS. Como seguimos siendo testigos, nunca podemos dar por sentado el acceso a la educación. A la fecha, el Equipo Europa ha contribuido al más del 40% de la financiación de “La Educación No Puede Esperar y la nueva contribución de 25 millones de euros de la UE apoyará aún más para llegar a las niñas y niños más vulnerables y reincorporarles a la educación”, dijo la Comisaria de Asociaciones Internacionales de la Comisión Europea, Jutta Urplilainen. “En un momento en la historia en el que las y los líderes del mundo se reúnen en la Asamblea General de las Naciones Unidas a fin de definir el camino que debemos seguir para remediar las crisis interconectadas de los conflictos, la COVID-19, el cambio climático y los desplazamientos forzados, estas contribuciones tan importantes garantizan que las niñas, niños y adolescentes más vulnerables del mundo tendrán la oportunidad aprender, crecer y prosperar. Hacemos un llamado a todos los gobiernos y socios del sector privado para que sigan su ejemplo y apoyen la misión de “La Educación no Puede Esperar”: no dejar a ninguna infancia o juventud se quede atrás en conflictos como personas refugiadas, en cambio, garantizar que puedan ejercer su derecho a una educación de calidad. Esta es una verdadera inversión en la paz y la prosperidad”, afirmó el Muy Honorable, Gordon Brown, Enviado Especial de las Naciones Unidas para la Educación Mundial y Presidente del Grupo Directivo de Alto Nivel del fondo “La Educación No Puede Esperar”.
“Esta nueva ronda de financiación es un paso audaz e importante para hacer llegar a las niñas, niños y adolescentes más marginados del mundo el poder de una educación inclusiva y de calidad”, comentó Yasmine Sherif, Directora del fondo “La Educación No Puede Esperar”. “Es una muestra del compromiso de nuestros donantes estratégicos de cara a incrementar su generoso apoyo y estamos profundamente agradecidos por la confianza que han depositado en el modelo comprobado de ECW. A todos nuestros asociados que han decidido dar este paso durante la semana de la Asamblea General de las Naciones Unidas, les doy las gracias por esta contribución tan importante que nos permitirá brindar más apoyo, de forma más rápida y sostenible, a niñas, niños y jóvenes en situación de crisis”.
Retraso en el logro del ODS 4
A pesar de estas contribuciones tan importantes, las enormes brechas en la financiación para la educación en situaciones de emergencia persisten; según los análisis del fondo “La educación no puede esperar”, los requisitos para la financiación en el ámbito de la educación aumentaron de 1 billón de dólares de los EE.UU. en 2019 a 1.4 billones de dólares en 2020.
Las y los líderes mundiales han hecho sonar la voz de alarma, ya que los nuevos informes indican que el mundo se está retrasando en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, (entre ellos el ODS 4, que busca alcanzar una educación inclusiva, equitativa y de calidad), de aquí a 2030.
Según las Naciones Unidas, la pandemia de COVID-19 se ha llevado por delante 20 años de logros en materia de educación; ahora hay 101 millones de niños más en educación primaria cuyo nivel de competencia de lectura es mínimo. En todo el mundo, en 2019, solo el 85% de las infancias terminaron la educación primaria, un porcentaje poco mayor que el 82% de 2010. Sin embargo, únicamente la mitad de las y los estudiantes se graduarán de la educación secundaria.
Se calcula, aproximadamente, que los cierres de las escuelas por la pandemia de COVID-19 han afectado a 1.500 millones de estudiantes y, según un estudio reciente realizado por la Fundación de Malala, 20 millones de niñas más podrían perder el acceso a la educación debido a la crisis de la COVID-19.
Esta situación ha llevado al límite a las niñas y niños que ya sufren los efectos de los conflictos, el cambio climático y los desplazamientos. Si se priva a estas niñas y niños de ir a la escuela, quedan expuestos a un riesgo más alto de sufrir violencia de género, reclutamientos forzados y otros tipos de violaciones graves.
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