El Fondo Educación No Puede Esperar Anuncia Nuevas Respuestas Educativas Plurianuales Con 91,7 Millones De Dólares en Subvenciones Catalizadoras

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Nuevos y ampliados programas en Bangladesh, Burundi, el Líbano, Libia, el Pakistán y el Sudán acelerarán el movimiento mundial del fondo Educación no puede esperar para que ningún niño quede atrás.

Bangladesh, Burundi, Lebanon, Libya, Pakistan and Sudan

14 de enero de 2022, Nueva York. El fondo Educación no puede esperar (ECW) anunció recientemente un total de 91,7 millones de dólares en subvenciones catalizadoras para programas plurianuales de resiliencia nuevos y ampliados en Bangladesh, Burundi, el Líbano, Libia, el Pakistán y el Sudán.

Excepto en el caso de Bangladesh, todas las inversiones son nuevas y plurianuales, lo que acelera la progresiva ampliación de ECW en países afectados por crisis prolongadas. Las nuevas inversiones plurianuales se suman a la subvención catalítica plurianual anunciada a principios de 2021 para Irak.

En los países antes mencionados, las nuevas subvenciones catalizadoras tienen como objetivo llegar a más de 900.000 niñas, niños y adolescentes vulnerables, de los cuales el 58% son niñas. La mitad de los infantes y adolescentes afectados son refugiados o desplazados internos, y el 13% son infantes con discapacidades.

Las nuevas subvenciones están pensadas para aportar otros 250 millones de dólares de fondos procedentes de donantes públicos y privados a los programas plurianuales en dichos países, de manera que se llegue a 3,3 millones de niños y niñas afectados por crisis.

En total, Educación no puede esperar –el fondo mundial de las Naciones Unidas para la educación en situaciones de emergencia y crisis prolongadas– ahora apoya programas plurianuales de resiliencia en 24 países, y de Primera respuesta de emergencia en 35 países; hasta el momento, un total de 42 países en situación de emergencia y crisis prolongada se han beneficiado de las inversiones de ECW en educación en situaciones de emergencia. ECW ha movilizado desde su creación 845 millones de dólares, más otros 1.000 millones a través de programas plurianuales de resiliencia a los que presta apoyo.

“El día de hoy supone un hito en nuestros esfuerzos globales para proporcionar a todos las niñas y niños afectados por crisis su derecho humano inalienable a tener oportunidades de aprendizaje inclusivas y de calidad. Con el apoyo adicional de nuestros donantes estratégicos, organismos de las Naciones Unidas y asociados de la sociedad civil, tenemos la capacidad de aumentar las inversiones del fondo Educación no puede esperar y ofrecer seguridad, esperanza

 

y el poder de la educación a más millones de niños y adolescentes afectados por conflictos, el cambio climático,desplazamientos forzados, la COVID-19, crisis prolongadas y situaciones de emergencia. Este es nuestro compromiso global para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de aquí a 2030. Asimismo, aprovechamos la ocasión para instar a los líderes mundiales a que redoblen sus esfuerzos y aporten sin dilación 1.000 millones de dólares en recursos adicionales a ECW y nuestros asociados”, afirmó Yasmine Sherif, directora de Educación no puede esperar.

Gracias a la ampliación de la financiación, este destacado fondo mundial ya ha llegado a cerca de 5 millones de niñas y niños. La respuesta de ECW para la educación en situaciones de emergencia por la COVID-19 ha atendido a otros 29,2 millones de infancias y ha logrado algo de vital importancia: garantizar el acceso al aprendizaje a distancia, boletines de información sanitaria e instalaciones de agua y saneamiento, además de otras medidas a fin de que las y los estudiantespuedan seguir aprendiendo y prevenir la propagación de la COVID-19.

Bangladesh: La subvención catalizadora del fondo Educación no puede esperar destinada a Bangladesh asciende a 13,2 millones de dólares y llegará a 130.000 niñas, niños y adolescentes refugiados rohinyás y de la comunidad de acogida de Bangladesh a través de un mecanismo para conseguir fondos adicionales y ampliar la respuesta para la educación en situaciones de emergencia en el país. Se beneficiarán del programa ampliado –financiado en su totalidad– más de 350.000 niños y adolescentes refugiados y de la comunidad de acogida afectados por la COVID-19 y la crisis de refugiados rohinyás. Más información.

Burundi: La subvención catalizadora de 12 millones de dólares destinada a Burundi llegará a aproximadamente 130.000 niñas y niños. Se beneficiarán del programa –financiado en su totalidad– más de 300.000 infantes y adolescentes afectados por las crisis interrelacionadas de la COVID-19, el cambio climático y el conflicto. Más información.

El Líbano: Con 12 millones de dólares en inversiones mediante subvenciones catalizadoras destinadas al Líbano, el fondo Educación no puede esperar y sus asociados llegarán a aproximadamente 233.000 niñas y niños del país. El programa, financiado por completo, aspira a movilizar otros 38 millones de dólares para atender a un total de 875.000 infantes y adolescentes vulnerables. Más información.

Libia: El fondo Educación no puede esperar anunció subvenciones catalizadoras por una cuantía de 11,1 millones de dólares a Libia para brindar soluciones educativas integrales a 110.000 infantes y adolescentes afectados por crisis. ECW y sus asociados solicitan 18,9 millones de dólares en recursos adicionales para financiar el programa íntegramente. Más información.

El Pakistán: Unos 22,8 millones de infantes no están escolarizados en el Pakistán. La nueva subvención catalizadora de 13,2 millones de dólares de ECW llegará a 155.000 niñas, niños y adolescentes. Con 46,8 millones de dólares en recursos adicionales, el programa garantizará un mejor acceso a la educación de calidad para las niñas y niños no escolarizados más vulnerables, entre los que se cuentan muchos refugiados afganos y otros niños afectados por crisis. Más información.

 

El Sudán: La subvención catalizadora de 17,7 millones del fondo Educación no puede esperar destinada al Sudán facilitará el acceso a programas con los que impartir educación de calidad necesaria para la vida. El propósito es que se beneficien de ellos al menos 100.000 niñas, niños y adolescentes desplazados, afectados por conflictos y vulnerables. El programa tiene la intenciónde movilizar otros 60 millones de dólares. Más información.

Irak: Además de estas nuevas inversiones plurianuales, ECW también anunció recientemente una subvención catalítica de capital inicial plurianual de 12,5 millones de dólares para apoyar la educación universal y equitativa de 192 100 niñas y niños vulnerables en Irak, con un enfoque en las niñas, niños y adolescentes desplazados por la fuerza, afectados por años de guerra y conflicto. Más información.

El Yemen: Además de los programas plurianuales de resiliencia mencionados, ECW también anunció nuevos fondos para una primera subvención en materia de respuesta de emergencia en el Yemen. La subvención de 1,7 millones de dólares apoyará la rehabilitación de centros de aprendizaje e instalaciones de agua y saneamiento, proporcionará apoyo psicosocial a infantes eincrementará el acceso a materiales educativos. Más información.

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Notas para los editores

Acerca del fondo Educación no puede esperar (ECW):

Educación no puede esperar (ECW) es el fondo mundial de las Naciones Unidas para la educación en situaciones de emergencia y crisis prolongadas. Contribuimos a que niñas y niñosrefugiados, desplazados internos y afectados por otras crisis puedan obtener resultados educativos de calidad, para no dejar a nadie atrás. ECW actúa a través del sistema multilateral para acelerar las respuestas en situaciones de crisis y vincular intervenciones de socorro inmediato con otras a más largo plazo mediante programas plurianuales. A su vez, el Fondo trabaja estrechamente con gobiernos, donantes públicos y privados, organismos de las Naciones Unidas, organizaciones de la sociedad civil y otros agentes que prestan ayuda humanitaria y para el desarrollo a fin de mejorar la eficacia y terminar con las respuestas aisladas. Educación no puede esperar hace un llamamiento urgente a los donantes de los sectores público y privado para que incrementen sus contribuciones a fin de poder llegar a todavía más niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad. El Fondo se administra conforme a las normas y reglas financieras, administrativas y de recursos humanos de UNICEF y cuenta conuna estructura de gobernanza independiente encargada de las operaciones.

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