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Declaración de Yasmine Sherif, Directora Ejecutiva del fondo La educación no puede esperar, en el Foro Mundial sobre los Refugiados

Hoy, en el Foro Mundial sobre los Refugiados, reiteramos nuestro compromiso de aliviar el sufrimiento y servir a la humanidad. Apoyamos a los niños, niñas y adolescentes refugiados de todo el mundo. Continuaremos trabajando con tenacidad junto a todos nuestros asociados, e invertiremos en una educación de calidad que proporcione conocimientos, habilidades, salud mental y apoyo psicosocial, alimentación escolar, agua y saneamiento, y protección. 

Como parte de este compromiso, La educación no puede esperar (ECW por sus siglas en inglés), el fondo mundial para la educación en situaciones de emergencia y crisis prolongadas, se compromete a invertir al menos 500 millones de dólares estadounidenses en educación para los refugiados durante los próximos cuatro años, dependiendo de que ECW sea capaz de recaudar al menos 1.5 billones de dólares para su nuevo Plan Estratégico. De ser así, ECW llegará a 5 millones de refugiados de todo el mundo.

El apoyo de ECW se centrará en abordar las necesidades más inmediatas y urgentes a través de programas provisionales de educación, así como en respaldar la estabilidad a largo plazo mediante la inclusión de las y los alumnos y docentes refugiados en los sistemas educativos nacionales, de manera que se respeten sus distintas necesidades, habilidades y capacidades.

No podemos hacer esto solos. Como contribución, el Gobierno de Dinamarca ha destinado 40 millones de coronas danesas (unos 6 millones de dólares estadounidenses) a las iniciativas de La Educación No Puede Esperar en el Níger. Asimismo, el Gobierno del Japón ha anunciado una contribución de 3 millones de dólares estadounidenses que ayudará a proporcionar entornos de aprendizaje seguros y de protección a infancias que han sido desplazados por la fuerza debido a la guerra en Ucrania. Damos la bienvenida al Japón, como uno de los líderes del G7, a la familia ECW, y esperamos ver crecer la colaboración y el apoyo en los años por venir.

Gracias a estas y otras contribuciones de nuestros donantes estratégicos, y a través del trabajo con asociados gubernamentales, asociados de las Naciones Unidas como el ACNUR y otros organismos de las Naciones Unidas, la sociedad civil y otras partes interesadas clave, ECW podrá movilizar un total de 1.5 billones de dólares para 2026. Esto nos permitirá llegar a 20 millones de niños, niñas y adolescentes afectados por crisis a través de nuestras iniciativas de educación integral.

Esta es una crisis que nos afecta a todos. La cantidad de desplazamientos forzosos a nivel mundial está alcanzando máximos históricos. El número de personas forzadas a huir de sus hogares como consecuencia de conflictos armados o catástrofes de origen climático no ha dejado de aumentar cada año durante la última década, hasta alcanzar prácticamente los 115 millones de personas en la actualidad. Eso supone más que las poblaciones del Canadá, Dinamarca, Italia y Suiza juntas.

ECW, junto con sus asociados, debe actuar con rapidez y eficacia para restituir la educación lo más rápido posible en las vidas de los niños, niñas y adolescentes refugiados, a fin de minimizar las pérdidas de aprendizaje y devolver la sensación de normalidad a estos niños y niñas, cuyas vidas se han visto destruidas por conflictos armados, persecuciones o catástrofes de origen climático.

Esto es precisamente lo que hicimos cuando los refugiados de Sudán del Sur llegaron a Uganda, los refugiados rohinyá a Bangladesh o los refugiados venezolanos a Colombia, y esto es lo que estamos haciendo como respuesta al brutal enfrentamiento que está teniendo lugar en el Sudán. A través de nuestra respuesta rápida a las emergencias, ofrecemos de manera conjunta educación a los niños, niñas y adolescentes refugiados desplazados por la guerra y a las comunidades de acogida en la República Centroafricana, Chad, Egipto, Etiopía y Sudán del Sur.

Del mismo modo, es de vital importancia garantizar que se incluya a los refugiados, incluidos los docentes, en los sistemas nacionales de educación, así como garantizar la sostenibilidad. En ECW, junto con nuestros asociados, trabajamos estrechamente con los países de acogida de refugiados como el Chad, Colombia, la República Democrática del Congo, Etiopía, Uganda, el Líbano y muchos otros para ayudar a desarrollar políticas y estructuras que respalden y faciliten la inclusión, a la vez que tratamos de aliviar la presión que soportan los sistemas nacionales de educación a través de inversiones adicionales en el sector formal.

Para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente el Objetivo 4, la base de todos los demás, nos comprometemos a fomentar la inclusión en todas nuestras iniciativas.  Para acortar distancias entre la acción humanitaria, el desarrollo y la paz, con nuestras iniciativas plurianuales se conectan los planes de respuesta humanitaria inmediata con estrategias nacionales del sector a medio y largo plazo.

En definitiva, la inclusión de los refugiados no es sólo una oportunidad para fortalecer los sistemas nacionales de educación para los niños, niñas y adolescentes refugiados y de las comunidades de acogida: es, además, una oportunidad de promover el cambio, al capacitar a aquellos cuya extraordinaria resiliencia nos ayudará a todos a impulsar la evolución humana en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la medicina y las artes, entre otros. Las mentes y almas más grandiosas se encuentran en los refugiados y en aquellos que les ofrecen asilo.

Desde que comenzaron las actividades del fondo en 2017, casi un tercio de los niños a los que ha ayudado ECW han sido refugiados. Y no vamos a parar.

Como miembros del Grupo de Liderazgo y asociados de larga duración del ACNUR, apoyamos incondicionalmente el compromiso alcanzado por múltiples partes interesadas en el Foro Mundial sobre los Refugiados de este año. También, a los diversos compromisos temáticos que se han adquirido bajo el auspicio de la Alianza Educativa (Education Alliance en inglés), como los relacionados con el desarrollo de la primera infancia, la educación en situaciones de emergencia, el género, la salud mental y el apoyo psicosocial, la educación secundaria y los docentes.

Con nuestro compromiso individual, mostramos nuestro firme apoyo al gran compromiso por la educación suscrito durante el Foro Mundial sobre los Refugiados, y articulamos lo que ECW puede hacer y hará para contribuir a alcanzar nuestra visión común.

Con el fin de cumplir con los compromisos descritos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y el correspondiente Protocolo de 1967, la Convención sobre los Derechos del Niño y otros acuerdos internacionales de carácter vinculante, los líderes mundiales deben intensificar sus esfuerzos para hacer más por los niños, niñas y adolescentes refugiados de todo el mundo. Su único sueño es un lugar seguro al que puedan considerar su hogar; su única esperanza, la educación. Y nuestra propia esperanza radica en ellos…