Aquí y ahora: La Educación No Puede Esperar lanza un llamado con el fin de recaudar 150 millones de dólares, destinados a intensificar la respuesta a la crisis climática

El fondo mundial para la educación en situaciones de emergencia y crisis prolongadas, La Educación No Puede Esperar (ECW, por sus siglas en inglés), ha hecho hoy un llamado urgente con el fin de recaudar 150 millones de dólares en nuevos fondos para responder a la crisis climática.

Este nuevo llamado, publicado antes de la celebración de la Conferencia de las Partes (COP28) que tendrá lugar en Dubai, subraya la necesidad urgente de conectar la acción educativa con la acción climática: datos recientes de ECW indican que 62 millones de niños, niñas y adolescentes afectados por las crisis climáticas necesitan desesperadamente apoyo educativo desde 2020.

“La crisis climática está privando a millones de niñas y niños vulnerables de su derecho a aprender, a jugar y a sentirse seguros. Desde el ojo del huracán, instamos a los donantes nuevos y existentes de los sectores público y privado a que se solidaricen con ellos. Les pedimos que hagan lo correcto aquí y ahora para hacer frente a las crisis climática y educativa”, señaló el Muy Honorable Gordon Brown, Enviado Especial de las Naciones Unidas para la Educación Mundial y Presidente del Grupo Directivo de Alto Nivel de La Educación No Puede Esperar.

La crisis climática representa una amenaza para los derechos de todas y cada una de las personas del planeta, pero las necesidades de las niñas y niños afectados por conflictos armados, desplazamientos forzados y otras crisis prolongadas son aún más graves. En todo el mundo hay 224 millones de infancias afectadas por crisis que necesitan urgentemente apoyo educativo. Desde 2020, aproximadamente una tercera parte de dichas infancias — 62 millones — han sufrido los efectos de peligros relacionados con el clima, como sequías, inundaciones, ciclones y otros fenómenos meteorológicos extremos.

“Está en juego el futuro de la humanidad. La subida del nivel del mar, las temperaturas extremas y la intensidad insólita de las sequías, inundaciones y peligros naturales están comprometiendo los avances conseguidos en materia de desarrollo y destrozando nuestro mundo. Como hemos podido ver durante las inundaciones en Pakistán y la sequía en el Cuerno de África y el Sahel, el cambio climático está causando un aumento preocupante de los casos de desplazamiento forzado, violencia, inseguridad alimentaria e incertidumbre económica en todo el mundo”, comentó Yasmine Sherif, Directora Ejecutiva de La Educación No Puede Esperar.

“La educación es un requisito esencial para cumplir las promesas y compromisos enunciados en el Acuerdo de París, el Marco de Sendái para la Reducción del Riesgo de Desastres y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Cuando todas las miradas se vuelven hacia las negociaciones sobre el cambio climático de este año (COP28) y el Foro Mundial sobre los Refugiados, los líderes del mundo deben conectar la acción climática con la acción educativa”, señaló Sherif.

Según el Banco Mundial, de aquí a 2050, los impactos del cambio climático podrían suponer un costo para la economía mundial de 7,9 billones de dólares y forzar el desplazamiento de 216 millones de personas dentro de sus propios países. Esto representa una amenaza real y presente para la seguridad mundial, la prosperidad económica y los esfuerzos dirigidos a hacer frente a los impactos potencialmente mortales de la crisis climática.

El cambio climático no es imparcial en materia de género. Las mujeres y las niñas sufren sus efectos de manera desproporcionada debido a las normas de género preexistentes. El cambio climático exacerba los riesgos de violencia de género, abandono escolar, inseguridad alimentaria y matrimonio infantil.

El nuevo llamado presenta una propuesta de valor estratégico que conecta a los donantes, el sector privado, los gobiernos y otras partes interesadas clave con vistas a crear un enfoque coordinado para ampliar la financiación de la educación en respuesta a la crisis climática. Los nuevos fondos tienen como propósito garantizar la continuidad del aprendizaje mediante intervenciones de apoyo psicosocial y salud mental; rehabilitación y resiliencia de las escuelas; protección infantil; prevención y mitigación del riesgo de violencia de género; agua, saneamiento e higiene (WASH); reducción del riesgo de desastres; y medidas preventivas y tempranas.

ECW ha defendido el derecho a la educación de los niños y niñas afectados por la crisis climática mundial. Tras las devastadoras inundaciones de Libia, Mozambique y Pakistán, y el aumento del hambre, los desplazamientos forzados y la violencia en el Cuerno de África y el Sahel, ECW ha facilitado subvenciones de emergencia con el fin de devolver a los niños, niñas y adolescentes la seguridad y las oportunidades que ofrece una educación de calidad.

En el marco de los programas existentes en países afectados por crisis, como Bangladesh, Chad, Nigeria, Sudán del Sur y Siria, las inversiones de ECW ayudan a contar con infraestructura resiliente al clima, a reducir el riesgo de desastres y a proporcionar alimentación escolar, lo que ofrece esperanza y oportunidades en las circunstancias más difíciles.